Consiste
en la inflamación de las articulaciones dando lugar a dolor intenso,
hinchazón, y reducción de la movilidad.
Dependiendo del tipo de artritis estos síntomas se verán
complementados con otros más.
En el caso de la artritis infecciosa se produce un ataque de la articulación
por parte de bacterias que han podido llegar a esa zona por alguna herida.
El tratamiento con antibióticos y reposo suele obtener buenos resultados
en pocos días.
En las artritis soriásica la padecen personas que tienen soriasis
y se manifiesta por hinchazón de las articulaciones.
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la cual se produce
un ataque del propio cuerpo. En estos casos hay que recurrir a antinflamatorios
y en casos más graves puede ser necesaria la sustitución
de las articulaciones dañadas colocando en su lugar prótesis.
Esta enfermedad suele aparecer de manera progresiva, las zona de las articulaciones
aparecen de color rojo, hinchada y dolorida. Es un tipo de artritis que
suele encontrarse con más facilidad en familias donde ya existen
antecedentes.
Es importante que en el caso de padecer artritis se recurra prontamente
al médico ya que las articulaciones pueden deformarse y sufrir
daños que deberían de prevenirse en la medida que sea posible.
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