Aunque
estamos acostumbrados a asociarlas a las que se producen en la piel también
han de tenerse en cuenta las que debido a líquidos abrasivos pueden
ocasionarse en todo el conducto digestivo.
Dependiendo de su gravedad las quemaduras se clasifican en:
Quemaduras de primer grado que afectan sólo a la zona más
superficial de la piel y sólo ocasionan enrojecimiento y pequeños
daños.
Quemaduras de segundo grado en las que se ven afectadas zonas más
profundas de la piel. Suelen aparecer ampollas en las zonas afectadas.
Quemaduras de tercer grado en las que se profundiza y se daña severamente
todas las capas de la piel. Se puede producir sangrado y el daño
suele ser muy grave.
Si bien las quemaduras de primer grado pueden ser tratadas en casa las
de segundo y tercer grado necesitan atención médica. Lo
normal en este tipo de quemaduras es que se aplique un vendaje y se le
recete al paciente analgésicos para combatir el dolor y antibióticos
ante posibles infecciones. En quemaduras graves también es usual
vacunar contra el tétanos a la persona afectada.
Si las quemaduras han sido muy profundas pueden aparecer cicatrices.
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