La
tortícolis es una distonía muscular que se caracteriza por
contracciones y espasmos musculares en los músculos del cuello
que impiden su correcto y completo movimiento apareciendo el dolor cuando
se intenta forzar el cuello.
El músculo que casi siempre se ve afectado en la tortícolis
es el esternocleidomastoideo que ocasiona la incapacidad para poder girar
o mover la cabeza.
Los casos de tortícolis no suelen ser graves y a pesar de ser muy
molestos los síntomas terminan desapareciendo en pocos días.
La tortícolis puede aparecer por malas posturas o por situaciones
de estrés, en estos casos puede que a lo largo del mismo día
de su aparición remitan los síntomas o que no duren más
de dos o tres días.
Otro caso diferente es el de la tortícolis congénita que
precisa un tratamiento precoz y que con la colaboración de los
padres del niño afectado para que mediante ejercicios movilicen
el cuello puede llegar a desaparecer en unos meses. En el caso de persistir
esta tortícolis más allá de los primeros seis meses
de vida sería necesario considerar la opción de la cirugía
como única salida posible.
Los niños que padecen de tortícolis congénita también
suelen tener algún tipo de luxación de cadera.
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