Blog dedicado a la salud y las enfermedades
Esta afección es conocida como verrugas en las zonas genitales, esta patología suele afligir la zona de la uretra, los genitales y también al recto.
Se producen en personas sexualmente activas, y puede que en algunos casos este relacionado con la falta de higiene, aunque no siempre es así.
Se extienden por la piel de la paciente y tiende a contagiarse con mucha facilidad.
El período de incubación se estima en entre uno y seis meses.
Esta afección es provocada por el mismo virus que causa las otras verrugas, aunque éstas son más contagiosas y se propagan mas rapidamente.
Las verrugas venéreas aparecen en superficies húmedas, especialmente el pene, la entrada a la vagina y la entrada al recto. Son protuberancias de la piel finas, flexibles, sólidas y crecen en racimos, y no duelen ni pican.
Una de las causas por las que suelen darse, es por desnutrición, multiplicidad de parejas sexuales u hacinamiento. Lo más aconsejable para que no se expandan e son rascarse, evitar el contacto sexual sin protección y hacerse ver por un especialista, quien puede quemarlas mediante nitrógeno líquido, laser u otro mecanismo o bien puede recetar algún medicamento tópico.
Estas pequeñas verrugas no suelen causar síntomas, y en algunos casos desaparecen espontáneamente aunque no se traten.
Sin embargo, y dado que el virus se asocia a tumores genitales malignos, se aconseja la visita al médico para su eliminación, y ante todo el control periódico.
Esta afección es la sensación de pesadez en la zona genital femenina, acompañada de incontinencia, dolor, molestia o dificultad durante las relaciones sexuales.
Se llama prolapso al descenso o caída de un órgano, desde su posición normal, en este caso, los órganos pélvicos pueden descender por las zonas más débiles de la pelvis, por efecto de la gravedad y asomar por algún orificio, como la vagina o el ano.
Para que esto acontezca debe existir una condición física en la mujer que favorezca el prolapso. Por lo general es necesario que exista en la paciente un tono muscular bajo, como también pueden ser causa el haber tenido retiterados partos dificultosos, con niños grandes de más de 3,5 kilos; no haber realizado episiotomías en los mismos, la obesidad, el climaterio, el estreñimiento crónico o bien, la presencia de miomas uterinos o numeraciones que ocasionen aumento de peso en los músculos pélvicos.
Según las estadísticas, más del 68% de las mujeres que han tenido más de un parto, suelen padecer algún tipo de prolapso.
Existen diversos tipos de esta afección, desde el descenso leve de una de las paredes de la vagina, el descenso de la pared vaginal anterior acompañada de la vejiga o cistocele, el de la pared posterior de la vagina y del recto o rectocele, la aparición del cuello uterino por la vagina o colpocele.
El problema de no atender a esta afección suelen ser serias, por ejemplo la salida o protrusión de los órganos por la vagina y/o por el ano, con dificultades en la micción, en la defecación y en las relaciones sexuales entre otros.
Todos los tratamientos dependen del grado de prolapso que presente la paciente; en los casos más severos, la cirugía es la única opción, aunque en las afecciones menos invasivas, se pueden implementar tratamientos con unos dispositivos llamados pesarios, que el medico enseña a colocarse.
Es recomendable asimismo, practicar los ejercicios de Kegel para prevenir el problema. (ver nota al respecto).
La andropausia, es clinicamente el declive gradual de las funciones fisiológicas y cognitivas del hombre.
Si bien la atención suele centrarse en las mujeres, quienes manifiestan calores, cambios de humor, etcétera; los hombres también pasan por un período de transición similar al enfrentar la vejez.
Muchos son los cambios, la memoria no es la misma, el estado de ánimo cambia, y puede surgir lo que se llama “crisis existencial” ; asimismo, el apetito sexual disminuye considerablemente.
Los síntomas más comunes se manifiestan entre los 45 y 60 años de edad, cuando los hombres comienzan a sentir que su capacidad de concentración y memoria disminuye. Todos estos sintomas son normales y usuales a todas las personas. Los hombres pierden fuerza muscular y, como ocurre en las mujeres, se produce un incremento de la grasa. La masa ósea se reduce y puede aparecer la osteoporosis.
Asimismo, tanto el interés como la potencia sexual decaen. Con esto, también se altera el ritmo de sueño, se registran cambios de humor y surgen depresiones de mayor o menor severidad, dependiendo de cada persona.
El hombre que atraviesa estos cambios necesita del apoyo de su pareja, al igual que la mujer al enfrentarse a la menopausia.
Además debe cuidar tanto de su salud física como de su salud mental, ejercitarse y llevar una dieta balanceada.
En lo que a su vida sexual se refiere, se recomienda consultar a un sexólogo para que le sugiera alternativas terapéuticas para solucionar los efectos de la edad.
Debe recordar que es una etapa diferente y valiosa, donde el crecimiento espiritual es muy importante y donde el compromiso mutuo en la pareja se ve fortificado.
El climaterio es un periodo en la vida de la mujer, que abarca aproximadamente entre los 45 a los 59 años de edad; época, durante la cual su función reproductiva disminuye gradualmente hasta desaparecer.
En esta etapa se presenta la “menopausia”, que marca la fecha de la última menstruación.
También en el hombre ocurre una etapa de transición, más tardía y menos evidente, que igualmente se designa como climaterio masculino o andropausia.
Las manifestaciones clínicas las podemos dividir en: fisiológicas, biológicas y psíquicas, y la rapidez con que se presentan están en relación directa con la disminución hormonal de cada paciente.
Se presentan trastornos en la menstruación que varían en el ritmo, cantidad y duración, sudoración, irritabilidad y depresión; también se observan síntomas como atrofia vaginal, caída del vello púbico, disminución del tamaño de la glándula mamaria y útero, dolor durante las relaciones sexuales, aumento de peso, síntomas urogenitales, dolor en las articulaciones y osteoporosis.
Los que se recomienda, es llevar una dieta equilibrada, variada, reduciendo el consumo de carbohidratos, lípidos y proteínas, como así también incrementar el consumo de alimentos ricos en calcio, realizar ejercicio diariamente y evitar el aislamiento social.
Este tema preocupa quizas a padres y profesionales de la salud, por la simple cuaestión de que muchos adolescentes no mantiene con sus padres o medicos especialistas charlas sobre el tema, y en muchos casos también los jóvenes no manifestan las dudas acerca de diversas cuestiones sexuales. Actualmente, el hecho de utilizar sustancias para potenciar la sexualidad es sin duda muy recurrente entre los jóvenes y sorprende que el consumo sea en adolescente de muy corta edad.
Las drogas sexuales son sustancias que producen vasodilatación con el objetivo de aumentar el aflujo de sangre a la zona pélvica y provocar sensación de excitación sexual. Otras sustancias funcionan directamente sobre el sistema nervioso, deprimiendo las funciones de vigilia y atención, para que aquel que lo haya consumido carezca de voluntad propia.
El peligro de estas drogas, radica en que usualmente en muchos sitios se comercializan como productos naturales, los jóvenes pueden creer que son inofensivas y que son capaces de controlar sus efectos. Sin embargo, no es así, ya que nunca se sabe con exactitud la concentración que están consumiendo. Se intoxican y, como cada organismo es distinto, pueden llegar a provocar un estado de coma e incluso la muerte.
Los síntomas que aparecen, en el caso de consumo de sustancias vasodilatadores, es en un principio la sensación de calor en el rostro, que se extiende al resto del cuerpo y como el o la adolescente ya se encuentran en un ambiente donde predominan los estímulos sexuales, estas sensaciones contribuyen a aumentar la respuesta y puede llegarse a un estado de total falta de control, dependiendo por supuesto de la personalidad del consumidor. También pueden haber mareos y náuseas más tarde y hasta episodios de hipotensión arterial con pérdida del conocimiento.
En el caso de las drogas que deprimen el sistema nervioso, son llamadas en EE.UU. “wrape date drugs”, es decir, drogas para una cita con violación, porque privan a la mujer de la posibilidad de defenderse al dejarla en un estado de impotencia y atontamiento. También producen amnesia y la víctima no recuerda la situación vivida, por lo cual no puede hacer la denuncia del abuso.
Estás drogas circulan entre los adolescentes con diversos nombres como: nitrito de amilo, yohimbina y otros… lo importante es que los padres adviertan a los hijos para prevenirlos de males posteriores.
Las drogas que se consumen de esta forma, según lo describimos, no ayudan al adolescente a solucionar ningún problema o manifestación sexual que padezca, sólo lo ponen en riesgo y dependencia.
Entender la propia sexualidad
• Las sensaciones sexuales son individuales, y todo intento de incrementarlas artificialmente es riesgoso para la salud. El motor de la sexualidad es el cerebro, que envía al resto del cuerpo mensajes químicos. Para construir sensaciones sexuales debe poseer una serie de condiciones biológicas y psicológicas que a veces no están dadas; toda sustancia artificial que se consuma, en ese caso, va en contra de la propia fisiología de la persona.
• El profesional sexólogo es la única persona que está capacitada para diagnosticar una disfunción sexual e indicar un tratamiento, ya que no todo necesita resolverse con medicamentos.
• Los medicamentos que se prescriben en el tratamiento de las disfunciones sexuales tienen una dosificación que el profesional calcula especialmente para cada paciente.
• Los padres no deben temer conversar con sus hijos de estos temas, dejando en claro que la sexualidad no es un pasatiempo intrascendente y que ninguna droga es inofensiva.
• La educación debe priorizar el concepto de que la función sexual, es más plena cuando brinda seguridad, promueve la autoestima y permite la expresión del propio ser con una persona que comparte estos principios, en un ámbito de cuidado y respeto saludables.
Hablar con los hijos desde la infancia permite crear un vinculo fuerte y establecer espacios propios y compartidos donde grandes y chicos pueden hablar libremente de cada aspecto de la vida, manifestar dudas y vehiculizar situaciones.
A menudo escuchamos hablar del descenso de la producción de hormonas. Tanto en mujeres como en hombres, esta baja tiene sus consecuencias a nivel físico, ahora veremos que le ocurre en el cuerpo al hombre.
En el varón, la testosterona se produce en los testículos y la DHEA (dehidroepiandrosterona) en las glándulas suprarenales y algo en los testículos. Ambas son hormonas (andrógenos).
Cuando un niño está creciendo en el útero, los andrógenos que el mismo (andrógenos fetales) son los responsables del desarrollo de los órganos sexuales (pene, próstata y testículos) y es lo que los diferencia de las mujeres, al punto que si estos andrógenos fetales estuvieran bajos o ausentes el niño nacería genéticamente varón pero con ciertas características femeninas.
Durante la pubertad y a través de la adultez la testosterona es la responsable de la producción espermática, de la respuesta sexual y de los caracteres masculinos. Además, aumenta la excitación sexual. En el adolescente varón la testosterona hace desarrollar el crecimiento piloso, incrementa su masa muscular, la fortaleza ósea y hace que la voz se vuelva más grave; aumenta las erecciones y se producen eyaculaciones incluso cuando la persona esta durmiendo.
A medida que los varones envejecen, los valores de testosterona y DHEA decrecen, llegando a niveles bajos en sangre. A este estado se lo llama “andropausia”.
Se calcula que al menos 5 millones de varones sufren de niveles anormales de testosterona (cuando caen a niveles marcados hablamos de hipogonadismo). Esto se puede dar en jóvenes y en adultos tanto como en ancianos.
La gran mayoría de estos varones con niveles bajos de andrógenos no buscan tratamiento porque no conocen sus propios niveles o porque creen que eso es “parte de la vida”, al punto que aproximadamente el 10 % utiliza terapia sustitutiva.
Síntomas de la baja de andrógenos
Los síntomas más frecuentes en la baja del nivel de andrógenos son:
• Fatiga y cansancio
• Disminución de la masa y tono muscular
• Aumento en los depósitos de tejido adiposo
• Escaso desarrollo sexo-genital en la pubertad
• Huesos quebradizos
• Oligospermia (menor producción de esperma)
• Sentimientos depresivos (tristeza, baja autoestima, desánimo)
• Disminución del deseo sexual
• Disfunción eréctil
• Menor respuesta al sildenafil, vardenafilo o tadalafilo (los tres medicamentos para mejorar las erecciones)
Logros terapéuticos
Cuando el especialista determina que los andrógenos están bajos, se puede lograr un aumento con la terapia de reemplazo que produce:
• Mejora en cantidad y calidad de erecciones
• Aumento del deseo sexual (libido)
• Mayor energía y vitalidad
• Aumento de la masa muscular y huesos más fuertes
• Favorece la respuesta a los fármacos erectogénicos.
Opciones terapéuticas
Se trata de la terapia hormonal de reemplazo. Por supuesto que las dosis serán evaluadas e indicadas por el médico especialista.
• Testosterona oral (cápsulas), poco usadas actualmente.
• Testosterona inyectable (cada 2 a 4 semanas)
• Testosterona inyectables, acción prolongada, de 3 meses de acción útil.
• Testosterona en parches, aplicados a diario
• Testosterona en gel transdérmico.
Esta patología viral, afecta a 1 de cada 3 mujeres con vida sexual activa. El HPV abarca a más de 100 variedades de virus y algunos de ellos pueden cooperar a la aparición del cáncer uterino. Por eso, hay que estar alerta y cuidarse mediante los chequeos ginecológicos y la prevención adecuada.
El HPV abarca más de cien variedades de virus. Es la enfermedad de transmisión sexual más común en la actualidad y, si bien ataca mayormente a las mujeres, también los hombres pueden tenerla y contagiarla.
En muchas informaciones se suele ver relacionada esta patología con el cáncer de cuello uterino. Si bien este virus es un factor, que si no tiene tratamiento, puede coadyuvar a que aparezca esta afección, es mucho más frecuente que desencadene otros problemas, entre los que se destacan las verrugas genitales o las células cervicales anormales.
De los cien tipos de virus, sólo algunos se encuentran directamente vinculados con la posibilidad de desarrollar cáncer uterino.
Quienes pueden contraer esta enfermedad
Todas las personas, sin distinción de sexo, pueden estar expuestas al HPV, dado que su vía más común de contagio es la sexual. Por eso hombres y mujeres que ya han iniciado su vida sexual deben cuidarse por igual y, durante el embarazo, es importante que se realice un control, dado que si la madre presenta cierto tipo de lesiones como verrugas vaginales (condilomas), en el canal del parto, puede transmitírselo a su bebé.
Posibles efectos del contagio
Dada la gran gama de variantes de HPV, sus efectos en el organismo son también muy diversos y dependen de la gravedad del tipo de virus contraído. En algunos casos, es posible que las defensas inmunológicas combatan al agente invasor y lo derroten, por lo que la persona jamás se enterará de que tuvo HPV.
A veces la infección se mantiene latente y contagia a otros, sin que la persona sepa que tiene esa enfermedad. En otras ocasiones, el virus se sobrepone y muestra sus síntomas: entre los más difundidos se encuentran las verrugas genitales, internas o externas, y las transformaciones de las células del cuello del útero, las mismas deben controlarse a tiempo para evitar secuelas más graves.
Verrugas genitales: cómo detectarlas
Las arrugas genitales son uno de los signos más visibles de existencia de HPV; no obstante, el virus pudo haberse contraído bastante tiempo antes de la aparición de estas protuberancias y, cuando éstas se encuentran dentro de la vagina, no se pueden ver a simple vista. Es necesario recurrir al médico para un chequeo ginecológico.
Las verrugas genitales aparecen como inflamaciones de la piel, que generalmente presentan un color blancuzco. Pueden ser planas, elevadas, grandes o pequeñas. Asimismo, pueden surgir aisladas o en grupos en cuyos casos su apariencia es muy similar a la de un coliflor muy pequeño.
Cuando son visibles, se observan cerca de la vagina, en los labios externos, en el ano o en la parte interna de los muslos. Si no se ven y las detecta el médico, es que se han instalado en la vagina o ene. Cuello del útero.
Células anormales
Que un análisis arroje la información de que hay células cervicales anormales, indica que hay un conjunto de células que, en el cuello del útero han cambiado de apariencia y se debe tener especial atención a ellas.
Se trata de un indicio que debe controlarse pues su desarrollo, en contados casos, pude aumentar la propensión al cáncer uterino, aunque en la mayor parte de los pacientes, con un buen tratamiento se regresa a un estado salud normal y optimo.
Este tipo de células se modifican por acción de ciertas cepas de HPV que afectan directamente el área genital.
Tratamientos
Todas las terapias para curar el papiloma virus procuran tratar la lesión causada por este virus.
Si bien en algunos casos desaparecen de manera espontánea, en la mayoría es recomendable seguir un tratamiento, que deberá ser definido por el profesional de acuerdo con el tipo de HPV y su gravedad.
• La opción más común utilizada por los especialistas es la de topicaciones realizadas con sustancias específicas que cauterizan la zona afectada. No tienen efectos colaterales y se realizan todas las semanas por un periodo fijado por el médico.
• En otros casos, se opta por la crioterapia, que se realiza en una única sesión, sin anestesia. La regeneración del tejido tratado demora un mes aproximadamente.
• El láser constituye otro modo terapéutico que no requiere de cuidados minuciosos.
• Finalmente, se puede recurrir al LEEP, una técnica quirúrgica que extirpa la porción de tejido afectado y permite, así, que se pueda estudiar.
Formas de cuidarse y prevenir el contagio
El HPV se encuentra muy difundido y, aunque se transmite con mayor frecuencia a través de las relaciones sexuales, no es la única manera de contraerlo. Por eso vale la pena tener en cuenta estas recomendaciones:
• En relaciones ocasionales, el uso del preservativo no elimina del todo el riesgo porque la zona testicular y la base del pene no están cubiertas.
• Asimismo, no se recomienda compartir baños de inmersión, ropa interior, toallas y sábanas con personas infectadas.
• En las mujeres resulta fundamental la realización anual de los chequeos ginecológicos. Todo diagnostico temprano permite realizar tratamientos menos invasivos y con mejores resultados.
• En caso de presentar verrugas el hombre debe consultar al urólogo para efectuarse sus chequeos correspondientes.
La realidad es que una vez transcurrida la adaptación a esta nueva vida, la mujer puede seguir siendo mujer y el deseo volverá a la normalidad:
• Lo ideal según explican los médicos especialistas, es tomarse el tiempo que necesite la pareja. Los grandes miedos en esta etapa pasan por sentir dolor o molestias.
• Si se realizó una episiotomía, esta puede molestar ya que, como todo proceso de cicatrización, existe una fibrosis transitoria (el tejido se endurece). Si hay mucha molestia utilizar un gel lubricante para disminuirla. Se podrá aplicar diariamente y alternan con cremas de caléndula y árnica que favorecen la cicatrización y elasticidad de la zona.
• Si el encuentro con su pareja se da, déle prioridad y disfrute plenamente la sexualidad.
• Recuperar el espacio y la sexualidad en la pareja es muy importante para ambos ya que aumenta los lazos afectivos y disminuyen el sentimiento de exclusión del padre.