Blog dedicado a la salud y las enfermedades
Este antiguo método anticonceptivo, consiste en el cálculo (en base a la fecha estimada de menstruación) del período fértil de la mujer, para evitar el contacto sexual durante esos días y así impedir un embarazo no deseado.
Sin embargo, teniendo en cuenta que ni la ovulación, ni la menstruación suelen ocurrir todos los meses exactamente en la misma fecha (y que, además, ambas pueden ser influenciadas por factores tales como estrés, viajes, nervios y muchos otros factores que producen desorden hormonal….) es sumamente difícil predecir cuándo se puede tener sexo sin riesgo alguno de embarazo.
No obstante todos estos inconvenientes, el método del calendario suele ser elegido por muchas parejas que rechazan otras opciones de anticoncepcion, por cuestiones religiosas, por ejemplo.
¿Cuál es su índice de eficacia?
Varía entre el 30% y el 40%
¿Protege contra enfermedades de transmisión sexual?
No.
Este método anticonceptivo, se establece en base a las variaciones del flujo vaginal.
Con ello pretende determinar en que momento la mujer ovula y tiene su etapa más fértil.
Así, por ejemplo, sus creadores determinaron que en vísperas del período ovulatorio, el flujo femenino se vuelve abundante y se estira entre los dedos sin romperse. Por lo tanto, habría que evitar mantener relaciones sexuales en ese momento si es que no se desea concebir un hijo.
El problema es que, al igual que el método del calendario, este sistema no tiene en cuenta variaciones que pueden presentarse en el flujo de una mujer por distintas causas, por ejemplo, una infección vaginal.
Este tipo de métodos debe ser consultado con un especialista para que sea el quien especifique en forma mas certera el índice de efectividad del mismo y evitar correr riesgos.
¿Cuál es su índice de eficacia?
Entre el 85% y un 90%
¿Protege contra las enfermedades de transmisión sexual?
No.
Este método anticonceptivo, consiste en la administración mensual de hormonas mediante una inyección.
Al igual que las píldoras anticonceptivas, éstas impiden la ovulación, previniendo así el embarazo, con la ventaja de que sólo se necesita una aplicación cada treinta días para estar protegida.
Es un método muy utilizado dada la practicidad de la aplicación y la facilidad que no implica constancia a diario como si lo requieren las pastillas.
Este método es muy interesante sobre todo si se lo combina con el uso de preservativos.
¿Cuál es su índice de eficacia?
Posee un altísimo grado de efectividad, ya que cuenta con un 99%
¿Protege contra las enfermedades de transmisión sexual?
No. Este método no protege contra el Sida ni contra ninguna otra enfermedad de transmisión sexual.
El DIU o espiral es un pequeño objeto (usualmente en forma de T) en torno del cual se encuentra enrollado un delgado hilo de cobre.
Este dispositivo debe ser colocado por el especialista. Una vez que el ginecólogo lo coloca en el interior del útero, el dispositivo comienza a generar iones de cobre que literalmente “paralizan” a los espermatozoides, por lo que no pueden llegar hasta el óvulo.
Este método debe ser colocado y controlado periódicamente por un especialista, a fin de corregir posibles desplazamientos y también para detectar a tiempo eventuales infecciones.
En lo que se refiere al perfil de sus usuarias, el Dispositivo Intra Uterino, no está recomendado para mujeres jóvenes que no hayan tenido hijos.
¿Cuál es su índice de eficacia?
El DIU asegura una protección muy alta, entre el 98% y el 99%, por un periodo que es prolongado, es decir un aproximado de 5 años.
¿Protege contra las enfermedades de transmisión sexual?
No.
Este método anticonceptivo, es, junto con el preservativo, uno de los métodos denominados “de barrera”, ya que impide el contacto directo durante la relación sexual. Consiste en un disco de látex con un aro metálico flexible en su contorno que –colocado en el cuello del útero- bloquea el paso de los espermatozoides. Dado que el diámetro del dispositivo depende de las características anatómicas particulares de quien lo va a usar y que, por otra parte, es necesario aprender a colocárselo correctamente, la intervención del ginecólogo se hace indispensable.
De hecho, su eficacia depende básicamente de que la colocación y la extracción sean adecuadas (se debe esperar como mínimo seis horas después del coito para retirarlo). Una vez quitado, se lava con jabón y se guarda con talco o fécula para impedir que el látex se deteriore. Pueden usarlo mujeres de todas las edades.
¿Cuál es su índice de eficacia?
Oscila entre el 94% y el 80%. Esta variación depende de que se lo haya colocado y extraído bien. Su eficacia también puede aumentar si, junto con él se emplea alguna clase de espermicida (los hay en gel, crema, óvulos, etcétera).
¿Protege contra las enfermedades de transmisión sexual?
No. Ni contra el sida, ni contra ninguna de las otras enfermedades que se transmiten sexualmente.
Vaginitis es la inflamación o infección de la vagina. Este problema ginecológico común, debe ser tomado en serio para evitar futuras complicaciones.
Esta inflamación es causada por un desequilibrio en la flora vaginal cuya función es regular el ph vaginal y con ello las bacterias.
Su síntoma mas frecuente es la secreción o aumento de flujo vaginal y el prurito genital.
Si bien puede ser asintomático, puede también ocasionar vulvovaginitis, por lo que en general es tratado y medicado.
Si la patología es infecciosa puede progresar a través del útero complicando aún más el diagnostico y dando lugar a otras patologías como lo son el HPV (vease articulo referido).
Este problema ginecológico afecta a mujeres de todas las edades, y sus síntomas más frecuentes suelen ser:
• Irritación o picazón
• Inflamación
• Fuerte olor vaginal
• Molestias durante las relaciones sexuales
Existen varios tipos de vaginitis aunque sus síntomas rondan generalmente en los ya enumerados; ellas son:
• Vaginitis por tricomonas, causada por un parásito
• Vaginitis moniliasis, causada por un hongo
• Vaginitis vaginosis, causada por una bacteria.
Esta patología es muy común, toda mujer la padeció o la padecerá en algún momento de su vida, de distinta forma, con diferentes síntomas u ocasionada por distintas razones, pero la probabilidad de padecerla es muy alta y su tratamiento muy sencillo.
Para ello se utilizan óvulos, fármacos vía oral o comprimidos de uso tópico. En los casos de que se desarrolle en forma infecciosa.
Drogas y medicamentos que inhiben el orgasmo:
Psicofármacos:
• Fenotiacinas y butiferona
• Clordiaceppóxido, diazepam y clonazepam
• Barbitúricos
• Antidepresivos del tipo ISRS
Antihipertensivos y diuréticos:
• Espironolactona
• Alfametildopa
• Hidralacina
• Clonidina
• Reserpina
• Propranolol
Hormonales:
• Andrógenos
• Acetato de ciprosterona
• Acetato de medroxiprogesterona
Soluciones para las disfunciones orgásmicas
En el caso de la anorgasmia femenina, la mayoría de los tratamientos se basan en la premisa de que el orgasmo es una función aprendida. La necesidad de aprender a ser sexual, de aprender técnicas apropiadas para obtener satisfacción sexual es un concepto relativamente nuevo, en contradicción con los sentimientos y creencias de las mujeres que fueron criadas en la convicción de que el sexo debe ser una actividad espontánea y natural.
La mejor opción ante esta patología es la consulta con un especialista idóneo y la los tratamientos psicosexológicos individuales, de pareja o grupales, que generalmente son breves y ofrecen excelentes resultados, donde cada etapa es una evolución hacia un resultado final satisfactorio.
El tratamiento siempre dependerá de la causa:
• ¿No hubo suficientes estímulos?
• ¿La paciente esta tomando un medicamento que impide que desde los neurotransmisores cerebrales pueda desencadenarse en orgasmo?
• ¿No produce suficiente lubricación y, en el momento de la relación sexual, manifiesta dolor o ardor y, por eso no llega al orgasmo?
• ¿Tiene una enfermedad sistémica que le obstruya los vasos del clítoris?
• ¿Carecen la paciente y su pareja del conocimiento suficiente y de técnicas sexuales?
• ¿En que etapa hormonal se encuentra? ¿Está embarazada, toma hormonas, está en la menopausia o el posmenopausia? Si bien en cualquier etapa de su vida, una mujer tiene la posibilidad de tener función orgásmica, a veces necesita ayuda, en el caso de que esté transitando por un embarazo o por el climaterio.
• Si está en etapa de climaterio, tal vez piensa que llegó la “jubilación sexual” y, como el cerebro tiende a crear un diálogo interno con la persona, quizás esta sea la consecuencia.
Cuando una mujer no puede lograr el orgasmo en la mitad de las veces de sus relaciones sexuales, ya se puede hablar de anorgasmia. Todas las disfunciones sexuales decantan en los problemas para llegar al orgasmo. La disfunción orgásmica de la mujer –al igual que la disfunción eréctil en el varón- según afirman muchos especialistas, podrían ser predoctores de un infarto en los próximos 10 años, porque la función orgásmica necesita de la irrigación sanguínea en las arteriolas del clítoris, así como la erección depende de la irrigación en las arterias del pene.
Clásicamente la anorgasmia es una inhibición recurrente y persistente del orgasmo, manifestada por un retraso o una ausencia del orgasmo después de una fase de excitación sexual normal.
Diferentes tipos de anorgasmia
• Primaria o absoluta: la padece la mujer que nunca ha obtenido un orgasmo ni por coito ni por masturbación.
• Secundaria: padecida por quien, tras una época de haber tenido orgasmos con frecuencia, deja de experimentarlos de manera sistemática.
• Situacional: la padece quien puede alcanzar el clímax, pero sólo en determinadas circunstancias o con ciertos parejas.
• En coito: La padece la mujer que no consigue el orgasmo con penetración, pero si lo consigue durante la masturbación o en los juegos sexuales con estímulos directos del clítoris.
También existe la preorgasmia, que es la situación en la cual la mujer experimenta sensaciones de que están a punto a de llegar al orgasmo, pero éste se corta segundo antes de ser alcanzado. Tampoco alcanzan el orgasmo a través del coito.
Causas de las anorgasmia
Las dificultades se clasifican en: primarias, para quienes nunca lo han experimentado, y secundarias, cuando después de ser orgásmicas se tornan disorgásmicas.
Las causas pueden se psicógenas u orgánicas. La psicógenas pueden a su vez ser educativas o situacionales. Las orgánicas pueden ser el resultado de cirugías, traumas o deficiencias vasculares, neurológicas u hormonales; también pueden responder el consumo de ciertas drogas o medicamentos.
A veces, a pesar de desencadenarse los mecanismos cerebrales productores del orgasmo, éste puede no ser percibido por la debilidad de los músculos pubococcígeos, que son los que se contraen en el orgasmo femenino. Esta debilidad puede deberse a partos traumáticos o a la falta de ejercitación.
El vaginismo es la contracción involuntaria de los músculos que rodean la entrada a la vagina, que impiden así la penetración. La paciente no puede hacer absolutamente nada para aflojar sus músculos.
No siempre es evidencia de fobia sexual; puede ser miedo a perder el control y el un cuadro clínico que tiene el mismo peso que la agorafobia, la claustrofobia o el miedo a volar. Las mujeres con vaginismo suelen tener también miedo al agua, a tomar pastillas enteras y a los animales. En muchos casos este cuadro impide la posibilidad de embarazarse naturalmente y de la realización de exámenes ginecológicos.
Una mujer puede tener vaginismo y no darse cuenta de que lo tiene hasta el momento en que intenta tener una penetración vaginal.
Algunas de las razones que lo pueden causar son:
Abuso Sexual.
Haber sido enseñada que el sexo es inmoral o vulgar.
Miedo al dolor asociado con la penetración, particularmente con la ruptura del himen durante el primer intento de relación sexual; pero en ningún caso la causa es su pareja a menos que haya ocasionado alguno de los traumas anteriores. Generalmente el varón puede sentir culpa por la situación y pensar que es un rechazo hacia él, pero poco tiene que ver esto, con la real causa de esta patología
Tratamiento
El tratamiento debe fundamentarse en que la paciente vaya adquiriendo confianza en sí misma y aprenda a conocer su cuerpo y las reacciones del mismo. Ella debe asumir que un coito no la va a dañar ni va a perder el control, ni va a ser una persona que deje de poder manejarse en determinadas situaciones. Para atenuar la idea del “no voy a poder”, se prescriben algunos medicamentos que no curan el vaginismo pero facilitan la pérdida del miedo durante el tratamiento, hasta que la paciente logra realizar actividades que antes no podía como, por ejemplo, ponerse tampones o hacer algunos ejercicios. Los medicamentos que se utilizan tienen efecto antifóbico, como los antidepresivos IRSS, pero no se recetan para toda la vida, sino hasta que la paciente logra conocer su cuerpo y pierde temor. Estos tratamientos terapéuticos son cortos.
La dispareunia es sinónimo de coito doloroso y se caracteriza por dolor genital persistente o recurrente en una mujer antes, durante o después de la relación sexual.
Puede deberse a causas exclusivamente ginecológicas como una vulvovaginitis, o bien a la falta de lubricación en el climaterio, lo que puede causar irritación, una herida o una secuela postquirúrgica. También puede ocurrir por endometriosis, una enfermedad ginecológica bastante frecuente.
También son causas: lubricación inadecuada asociada a juegos preliminares insuficientes; fuerte presión sobre una uretra sensible durante el coito; alteración inflamatorias de la entrada vaginal; infecciones de las glándulas vaginales y de las glándulas sudoríparas o de los folículos pilosos; reacciones alérgicas a espumas y geles; los anticonceptivos y preservativos de látex o diafragmas; anomalías del tracto genital femenino (tabiques vaginales, himen rígido) y enfermedades dermatológicas vulgares como el liquen escleroso.
Otras causas, más relacionadas con la menopausia son además de la ya enumerada endometriosis, la sequedad vaginal y el adelgazamiento de la mucosa, como también el prolapso.
Tratamiento:
La dispareunia requiere el tratamiento de cada caso en particular, de acuerdo con el diagnóstico ginecológico, pero si predominan causas emocionales, en los tratamientos sexológicos se utilizan diferentes técnicas que incluyen las cognitivo comportamentales, la desensibilización progresiva y la visualización dirigida.
Muchos tratamientos trabajan sobre la autoestima y el estado emocional del paciente y todos contribuyen a mejorar ampliamente la patología y con ello la calidad de vida de la misma; lo importante es consultar al ginecólogo y también al sexólogo.
Algo muy frecuente, es que la paciente tome el turno, y luego no asista a la cita por vergüenza, este es el primer error, y la causa de que el problema persista.