Blog dedicado a la salud y las enfermedades
Como mencionamos anteriormente, la mayoría de los casos de anemia se deben a deficiencias de hierro, la cual habitualmente responde a una alimentación inadecuada. Sin embargo, también pueden presentarse casos por deficiencias metabólicas, destrucción de glóbulos rojos (hemólisis), falta de ácido fólico o por hemorragia interna.
Estudios para detectar la anemia
Para determinar si la embarazada tiene anemia, el médico realiza los siguientes pasos:
• Interrogatorio
• Historia familiar
• Examen físico: palidez de piel y mucosas, astenia (desgano), anorexia (pérdida de apetito), taquicardia, disfagia (dificultad en la deglución), intolerancia al frío, irritabilidad, infección urinaria, parestesias (sensación de hormigueo), cefaleas, soplo sistólico, lipotimias y extrasístoles, disnea (sensación de respiración dificultosa), de esfuerzo e hipotensión ortostática o postural.
Se debe tener en cuenta que si la anemia es leve, es posible que no presente síntomas.
• Estudios complementarios: hematocrito, dopaje de hemoglubulina, recuento de reticulocitos, índices hematimétricos, frotis, ferremia, ferretina sérica, entre otros.
Se considera anémica a toda mujer embarazada cuyo recuento de glóbulos rojos se halle por debajo de 3.500.000 por milímetros cubicos, con un hematocrito inferior al 32%, una disminución de los niveles de hemoglobina por debajo de 11 g/dl en el primer y tercer trimestre, y menos a 10,5 g/dl en el segundo trimestre, asociada a una concentración de hemoglobina corpuscular media inferior al 30%.
Ingesta de hierro
El hierro es un mineral que en el organismo forma parte de la hemoglobina, proteína encargada de transportar el oxígeno a los diferentes órganos, tejidos y células del cuerpo. Se almacena en el hígado y en la médula ósea.
La mujer embarazada necesita 27 miligramos diarios, mientras que en periodo de lactancia las necesidades varían entre 9 y 10 miligramos.
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