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Embarazo y anemia (Parte III)

3 August, 2009

Tipos de hierro
En los alimentos, el hierro se presenta en dos formas, como hierro “hem” en el reino animal, sus fuentes principales son las carnes rojas y blancas, mariscos, y víceras como hígado y riñón, y el “no hem” en el reino vegetal, cuya fuente son los cereales integrales, las legumbres, algunas hortalizas de color verde oscuro, las frutas secas y las semillas.
Al hacer una comparación, se puede ver que el hierro de las carnes se asimila mucho mejor, cerca del 40%, mientras que el de origen vegetal en un 10% aproximadamente.
Además de sus fuentes naturales, el hierro en forma de sulfato ferroso, es adicionado a algunos alimentos como la leche y el yogurt. Hay también cereales y derivados fortificados o enriquecidos con este mineral para todas las personas que requieran una cuota extra del mismo.

La vitamina C
Para aprovechar mejor el hierro, especialmente vegetal, es fundamental la presencia de vitamina C. esto se logra a través del consumo conjunto, es decir, en la misma comida, de frutas cítricas, kivi, ají, morrón rojo, y tomate crudo, frutillas, melón, kivi, kinoto, berro, repollo, brotes de alfalfa o frutas tropicales como mango, papaya y guayaba.

Enemigos del hierro
Existen factores que afectan en forma negativa la absorción del hierro. Entre las más importantes debemos mencionar: los taninos: té, mate, café; los fosfatos: gaseosas, los oxalatos: hortalizas de hoja, cacao y chocolate, los filatos: soja y cereales integrales, los antiácidos y el calcio en forma de suplentes dietarios.
Por ejemplo, ingerir té o café inmediatamente después de comer, hace que no se aproveche adecuadamente el hierro de los alimentos.

La absorción del hierro es óptima con el estómago vacío. Si esto produjera intolerancia se puede tomar junto con las comidas o antes de acostarse. La ingesta de hierro por la tarde mejora su absorción, mientras que el consumo con las comidas puede disminuir su biodisponibilidad pero mejora la tolerabilidad y la absorción.

Hierro y ácido fólico
El ácido fólico es necesario para la síntesis del material genético, entre otras tantas funciones. Su déficit durante el embarazo es responsable de más del 95% de las anemias megaloblásticas. Los requerimientos diarios de ácido fólico en la mujer no embarazada son de 400 mg; durante el embarazo, la demanda fetal y el aumento de los glóbulos rojos elevan los requerimientos, por lo que se recomienda 600 mg por día.
El déficit de ácido fólico se asocia con defectos en el cierre del tubo neural.

Consejo a tener en cuenta
Recomendamos incorporar los nutrientes según los presenta la naturaleza. Aunque si se tiene predisposición a la anemia ferropénica y no se consumen carnes de ningún tipo, el panorama se complica y mucho. En estos casos el obstetra indicará suplementos. Es importante remarcar el rol de la vitamina C en el aprovechamiento del hierro, no se debe dejar de incluir hortalizas y frutas frescas coloridas a la alimentación.
Asimismo la toma de suplentes sin asesoramiento médico, no es para nada recomendable y es de suma importancia consultar con un nutricionista.

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