Blog dedicado a la salud y las enfermedades
• Complejo de Caperucita
Bajo el lema: “Yo lo hago por los demás, no hay problema…puedo llevarme trabajo a casa”
Historia clínica: Le realiza los trámites a la hermana, es una agenda viviente de su marido, escucha a su amiga llorando a las 3 de la mañana por teléfono y, en la oficina, realiza trabajo que no le corresponde. Es buenísima, servicial, todos la quieren y hablan maravillas de ella…pero ¿a que precio?
Detrás de su conducta se esconde un miedo intenso a perder afectos y a no ser querida. Por eso busca aprobación constante.
Antídoto: ser querido por todos es su objetivo inalcanzable, por lo tanto, hay que saber ejercer os derechos propios, tener en claro qué responsabilidades son ajenas y aprender a decir “no”.
• Complejo de Patito feo
Bajo el lema: “mi familia dice que soy débil y tienen razón: los necesito mucho para hacer mi vida”
Historia clínica: en casa, los roles estaban bien repartidos: el hermano mayor era el inteligente, el del medio tenía habilidad para el trabajo físico, y él/ella era el más “blando” y había que protegerlo/a. Cuando creció, los roles no se modificaron y en todos sus objetivos tenía que luchar con la carga extra de ser el débil. Por su carácter necesita vínculos que tomen las decisiones que el/ella no está capacitado/a a llevar a cabo.
Antídoto: Tiene que centrarse en lo que realmente quiere y desea hacer. Acepte consejos solo como sugerencias, pero usted tiene derecho a vivir su propia vida, y ello no tiene que ofender a sus afectos.
• Complejo de la bella y la Bestia
Bajo el lema:”yo sé que es una persona difícil para estar en pareja, pero puedo hacer que cambie”
Historia clínica: Su currículo amoroso, registra celosos, posesivos y vagos, pero ella esta convencida de que, alguna vez, el sapo, con un beso, se volverá príncipe y, entonces, todos los sufrimientos se convertirán en amor verdadero. Entiende que el amor siempre implica sacrificio y, aterrorizada por ser abandonada, sigue aguantando una relación que la esclaviza.
Antídoto: los sapos, aún con besos, siguen siendo sapos y para que una pareja crezca y se mantenga, los esfuerzos deben ser equilibrados.
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