Los
aditivos alimentarios se han convertido en unos ingredientes comunes en
el 100% de los productos que podemos comprar en el supermercado.
Ya
se trate de conseguir alimentos con un color más agradable o con
mejor sabor o con una mayor duración el resultado es una combinación
de productos químicos que no siempre resulta tan clara su necesidad
y ni siquiera su beneficio para nuestra salud.
A continuación presentamos algunas referencias de varios de estos
aditivos:
E102 - Se utiliza en productos de pastelería, es un colorante.
Puede producir asma y alergias si se mezcla con analgésicos.
E123 - Es un colorante que se emplea en pastelería. Está
clasificado como peligroso.
E140 - Colorante de color verde que se extrae de las plantas. No es tóxico.
E161 - Colorante de tonalidad naranja. Su consumo no presenta ningún
riesgo para la salud.
E181 - Colorante de color tierra. Es muy peligroso y su utilización
está prohibida en la Comunidad Europea.
E202 - Conservante que se emplea en la leche y el yogourt. No es tóxico.
E213 - Conservante que puede llegar a producir asma y urticaria.
E230 - Se emplea en el tratamiento de frutas y puede resultar peligroso
sobre todo en niños.
E270 - Se trata de ácido láctico y no resulta en absoluto
tóxico.
E306 - Vitamina E (ver vitaminas)
empleada como antioxidante. No es tóxico.
E300 - Ácido ascórbico empleado en conservas. No es tóxico.
E330 - Ácido cítrico que se emplea en bebidas de cola. No
es peligroso.
E334 - Ácido tartárico que puede encontrarse en mermeladas.
No es tóxico.
E336 - Empleado en bebidas gaseosas. No es peligroso.
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