La
artrosis es una enfermedad reumática que se debe al desgaste de
los cartílagos que son tejidos que se encuentran en los extremos
de los huesos, por ejemplo en la zona de la rodilla, y que sirven como
amortiguadores
en los movimientos.
Lo que sucede cuando los cartílagos se deterioran o se desgastan
es que las articulaciones no pueden realizar el juego de movimientos que
antes tenían y como consecuencia aparece una limitación
en los movimientos y por lo general dolor.
Aunque la artrosis puede afectar a cualquiera de nuestros cartílagos
lo más corriente es que los más afectados siempre sean aquellos
que se encuentran en articulaciones que sufren más a diario por
ejemplo las rodillas, cadera, la espalda o las manos y pies.
La artrosis se puede convertir en un grave problema de salud ya que ocasiona
la incapacidad de movimientos y por lo tanto la limitación en la
vida de los enfermos es considerable a parte de añadir un dolor
constante que puede ser intenso.
Al envejecer la población en los países occidentales la
artrosis se está convirtiendo en un problema muy habitual en esta
población ya que con el aumento de la edad el incremento de casos
es proporcional en especial en las mujeres.
Los tratamientos suelen ser tan sólo paliativos de los síntomas
que acompañan a la artrosis ya que por el momento se desconoce
como deterner la progresión de la artrosis o cómo mejorar
el estado de los cartílagos. Casi siempre se recurre a analgésicos
para reducir el nivel de dolor y a antiinflamatorios.
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