Los
callos aparecen cuando se produce un rozamiento de la piel de manera intensa
y continuada de tal manera que para evitar daños nuestro cuerpo fabrica
una gruesa almohadilla de piel que impide que ese rozamiento llegue
a producir heridas. Por lo tanto los callos en si mismos no pueden considerarse
como negativos sino que aquello que lo produjo es lo que ante todo hay que
evitar (en la medida de lo posible). Si el callo lo produce el rozamiento
por un zapato demasiado estrecho habría que evitar ese tipo de calzado.
Más complicado lo tiene la persona que padece de callos en las manos
ya que por lo general se deben a condiciones duras de trabajo.
En el tratamiento de los callos podemos contar en primer lugar con unas
almohadillas que protegen el callo hasta que conseguimos que desaparezca
ya que el primer objetivo tiene que ser evitar el dolor.
Para eliminar los callos se puede emplear piedra pomez que puede comprarse
en cualquier farmacia. Se trata de una roca volcánica muy porosa
que se utiliza para frotar la zona del callo y eliminarlo de manera progresiva.
También pueden emplearse cremas que irán reblandeciendo el
callo hasta conseguir eliminarlo de una pieza.
Si tenemos complicado su eliminación entonces podemos recurrir a
un podólogo.
En cualquier caso es fundamental recordar que los callos son métodos
de defensa del cuerpo y lo que es verdaderamente importante es poner remedio
a lo que origina el callo.
En personas diabéticas la aparición de callos debería
de ser tratada por un podólogo ya que cualquier corte que se produzca
en los pies puede conducir a una infección realmente complicada de
curar. No hay que arriesgarse por lo tanto en estos casos ya que las consecuencias
de las heridas de difícil curación en los pies pueden ser
muy graves. |
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