Los
golpes de calor se producen cuando se une al mismo tiempo la elevada temperatura
ambiente con la escasa ingesta de agua. Se produce entonces una deshidratación
que puede llegar a poner en peligro la vida de la persona afectada.
Los golpes de calor puede sufrirlos cualquier persona sin embargo es más
común que los ancianos se vean afectados.
En principio no tiene que ser grave un golpe de calor si se actúa
rápidamente y se recuperan líquidos, sin embargo si se deja
pasar el tiempo y no se realiza esa rehidratación se puede correr
un serio riesgo.
Para evitar los golpes de calor es aconsejable seguir las recomendaciones
de evitar salir en los días más calurosos del año,
especialmente durante las horas de más calor.
También es prudente reponer líquidos en situaciones en las
que se suda mucho por ejemplo en ambientes cerrados con altas temperaturas
o cuando se realiza un esfuerzo físico considerable y está
acompañado por altas temperaturas.
Si al afectado se le atiende con rapidez y de manera apropiada en unas
pocas horas podrá reponerse y en un par de días desaparecerá
todo malestar, y esto sin necesidad de ser ingresado en un hospital. Sin
embargo si el afectado es un anciano con un estado de salud deteriorado
lo más aconsejable es trasladarlo a un hospital para su correcta
atención.
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