La
gripe es una enfermedad vírica que afecta de manera periódica
a la población, dejándose sentir sus efectos durante los
meses más fríos.
Esta enfermedad aunque no se manifiesta de manera grave en la mayoría
de los casos si que hay que considerar que
su gravedad depende en buena medida no sólo del estado de salud
de la persona afectada sino principalmente del virus que en ese momento
esté causando la epidemia. Sólo hay que recordar la terrible
gripe que asoló Europa, y parte del mundo, durante los años
1918 - 1919 debido a la cual murieron más de 50 millones de personas
para concederle a esta enfermedad la importancia que tiene.
Durante las pasadas décadas el virus de la gripe, que muta cada
año, no se ha considerado demasiado peligroso aunque siempre existe
una población de riesgo formada por personas de edad avanzada e
inmunodeprimidos que deben de tener especial cuidado con esta enfermedad.
Los síntomas de la gripe son entre otros fiebre, cansancio, dolor
de cabeza y de articulaciones, trastornos respiratorios y gastrointestinales,
tos, laringitis, etc. No debería de confundir la gripe con el resfriado.
La manera de prevenirla o de paliar sus efectos, en especial en la población
de mayor riesgo, se basa en la vacunación y en la higiene personal
ya que el virus pasa con facilidad de las manos a la boca. Evitar el contacto
directo con personas que padezcan gripe es una de las recomendaciones
más sensatas ya que su contagio es rápido cuando se lanzan
pequeñas gotas de saliva infectada con la tos.
En cuanto al tratamiento que se puede seguir una vez que se está
padeciendo la gripe lo mejor es guardar cama, beber gran cantidad de líquido
(si es caliente en forma de tisanas o caldo será mucho mejor),
tomar analgésicos para aliviar el malestar o algún antipirético
para reducir la fiebre.
|