La
obesidad es uno de los problemas de salud que pueden considerarse más
intimamente unidos al progreso económico.
Aunque son múlpliques las causas de la obesidad se puede considerar
que la alimentación y el tipo de vida sedentaria son los que influyen
de manera decisiva.
En
la alimentación hay que destacar sobre todo el consumo excesivo de
grasas y de alimentos hipercalóricos que conducen a la acumulación
de grasa corporal.
Cada día es más común el consumo de comidas preparadas
que no guardan un buen equilibrio en sus componentes ya que la proporción
de sal, grasas parcialmente hidrogenadas, azúcar, etc, es claramente
perjudicial para nuestra salud a largo plazo.
También es cierto que para muchas personas es complicado controlar
cuáles son los ingredientes de su dieta ya que se ven obligadas a
comer fuera de casa y en estos casos lo único que pueden hacer es
adaptarse a esos alimentos que no siempre son los ideales para una dieta
que si podría estar más en la línea de una alimentación
sana y natural alejada de excesos.
El modo de vida es otro de los factores que influye en la obesidad.
Hoy día la vida sedentaria en trabajos en los que hay que pasar la
mayor parte del tiempo sentados o la misma forma de vida propia de las ciudades
donde el ejercicio físico se ha limitado contribuye a que el incremento
de peso termine siendo una obesidad de la cual es complicado librarse.
El estres en contra de lo que podría suponerse también ejerce
influencia en la obesidad.
Por último una referencia importante que hay que tener en cuenta
es el índice glucémico de los alimentos que hace referencia
a lo rápidamente que se asimilan por el organismo y cómo se
obtiene glucosa de ellos. De esta manera consumir alimentos con un índice
glucémico elevado pueden ayudar a que seamos personas obesas.
Alimentos con elevado índice glucémico: zanahorias cocidas,
miel, patatas cocidas, pan blanco, sémola de trigo, pasas, plátanos,
pasteles, patatas fritas,... |
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