Se
trata de una enfermedad infecciosa que afecta por lo general a los niños.
Por lo general la rubéola no dejará ninguna secuela y sus
síntomas no serán graves. Sin embargo si la persona que
la padece es una mujer embarazada el feto si que puede verse seriamente
afectado por la rubéola.
Como muchas otras enfermedades víricas se transmite por los estornudos
de personas infectadas, también por la tos o por objetos que hayan
sido contaminados.
Los primeros síntomas no aparecerán de manera inmediata
sino que puede transcurrir entre dos y tres semanas antes de que se muestren
una serie de señales que orientarán hacia el diagnóstico
de que se padece rubéola.
Entre los síntomas de la rubéola cabe destacar el más
evidente de todos que es la aparición de pequeñas erupciones
en la piel de un color rosáceo, además el enfermo suele
tener fiebre, dolor de garganta y malestar general.
El tratamiento de la rubéola suele centrarse en el control de la
fiebre y de los síntomas de malestar por lo que los medicamentos
que se recetan en estos casos son muy similares a los que tomaría
una persona con gripe.
Puesto que en los casos de mujeres embarazadas el riesgo ante complicaciones
es mucho mayor que en los niños sería aconsejable que se
extremasen las medidas de seguridad para evitar contagios evitando el
contacto con cualquier persona que padezca esta enfermedad.
La rubéola es una de las enfermedades contra las cuales se lucha
para que quede erradicada mediante campañas de vacunación.
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