Blog dedicado a la salud y las enfermedades

Sexualidad durante el embarazo

23 August, 2009

Durante el embarazo, muchas mujeres sienten mayor deseo sexual que se debe a los cambios hormonales que naturalmente le acontecen. Sin embargo, a veces la pareja se llena de temores y deja de lado el sexo por miedo a complicaciones.
Si bien cada caso es único, existen generalidades acerca de la evolución del deseo sexual según el trimestre que se este atravesando.
Primer trimestre: se ha comprobado que el 54% de las mujeres experimentan una disminución en su libido como consecuencia del cansancio, las náuseas y los malestares habituales durante este periodo. Pero también hay otras mujeres que tienen muchos más deseos sexuales, especialmente por los cambios en la sensibilidad genital secundaria a los cambios hormonales.
Segundo trimestre: durante este periodo, la pareja ya se adaptó al embarazo y casi siempre, a esta altura, los miedos se han esfumado en mayor o menor medida. En esta etapa se vuelve a la sexualidad previa o a una aún mejor.
Tercer trimestre: la panza ya esta grande, y la ansiedad que provoca la cercanía del parto suele mitigar los deseos. En esta etapa el deseo sexual suele bajar en gran cantidad de parejas y hay estudios que indican que durante el último mes solo el 75% de las parejas continuaban sus relaciones sexuales en forma habitual.
Según los especialistas algunas embarazadas tienen la sexualidad aumentada por el incremento de todas sus hormonas, pero también porque el embarazo es una situación que en general es bastante gratificante y produce aumento de las endorfinas con mayor y mejor ánimo paro todo.
La sexualidad en un embarazo normal sólo trae beneficios para la pareja ya que aumenta la conexión y la armonía entre los integrantes; por eso, mientras no haya patologías agregadas como por ejemplo amenazas de aborto, pérdida de sangre, placenta previa, rotura de bolsa; u otras, se puede tener sexo en cualquier momento del embarazo.
Sexo en un embarazo difícil
Seguramente en este caso la pareja se sentirá con algunas inquietudes.
Muchas veces ocurre que cuando una pareja no logra un embarazo, las presiones emocionales pueden generar mucho estrés en uno o en ambos y ocasionar trastornos en la vida sexual. Lo mismo sucede con los tratamientos de fertilidad.
Cuando el embarazo fue difícil de lograr, por lo general la sexualidad se modifica, disminuyendo la frecuencia y la intensidad, a medida que se van sintiendo más seguros, y todo comienza a retornar a la normalidad.

Los hombres y sus temores

Habitualmente los hombres plantean la posibilidad de dañar al bebe o a la madre. Cada pareja al tener su propia sexualidad tiene sus propias inquietudes, algunas reales y otras ficticias.
Según los especialistas, frecuentemente hay sangrados durante el coito, pero rara vez ocasionan contracciones uterinas; que en general son esporádicas. Así mismo, afirman es importante que cada pareja acuda a la consulta medica y canalice sus temores y dudas para poder acompañar al otro miembro en este camino que han elegido compartir juntos.

La Sexualidad según pasan los años (Parte III)

19 August, 2009

Darse permiso para la sensualidad

Muchas veces se escucha la frase que dice que el amor “es una planta que hay que regar todos los días”. Y no hay duda de ello, ya que uno de los aspectos más importantes para vivir la sexualidad en forma plena es tomarse el tiempo para crear un ambiente sensual y relajante, y hablar íntimamente con la pareja: “Es importante prestar atención a la disposición de ánimo y al clima. Es bueno turnarse para desvestirse uno al otro y/o realizarse un masaje. Recuerde que la excitación se inicia en el cerebro y la estimulación mental es seguida habitualmente por la estimulación genital. La mayoría de los hombres y mujeres tienen fantasías eróticas, y hablar acerca de éstas es un buen modo de abrir un dialogo sexual”.

9 juegos para liberarse de inhibiciones
El sexo en una pareja que convive no tiene porque ser aburrido. Y la sensualidad puede permanecer intacta toda la vida. ¿Cuál es la solución? En principio usar la cabeza y la imaginación y probar con estos consejos que ofrecen los psicólogos y sexólogos.
• Concentrarse en los sentimientos placenteros y disfrutarse mutuamente
• Tocarse y acariciarse más a menudo
• Tomarse el tiempo necesario para estar en contacto con su pareja
• Disfrutar de los placeres de la vida. Focalicense en una actividad placentera y viva de ese modo.
• Cuidarse y redescubrir su cuerpo, dedíquense tiempo a verse bien, a quererse y a mimarse.
• Deje lugar a las fantasías, ponga música suave, cierre los ojos y deje que su mente se llene de buenos momentos.
• Dense permiso para sentirse sensuales.
• Comparta experiencias sexuales con su pareja y procure divertirse.

Según los especialistas los ingredientes de un buen encuentro sexual son los siguientes:
• Intimidad
• Honestidad
• Sensibilidad
• Confianza
• Saber compartir
• Dedicación de tiempo y energía
• Generosidad
• Espontaneidad
• Seguridad
• Creatividad
• Juego y exploración
• Alegría
• Amor

Sexualidad según pasan los años (parte II)

19 August, 2009

Sexualidad a los 55

Muchas veces los años de la menopausia coinciden con la partida de los hijos. Esta situación brinda a varias parejas la oportunidad de tener mayor privacidad cuando hacen el amor, además de sentirse sin la fatiga que produce el cuidado de los niños. Las relaciones sexuales en esta etapa pueden ser más espaciadas, pero tienen mucha más calidad que en los años juveniles por el aprendizaje adquirido de uno mismo y del otro.
Los encuentros sexuales son más prolongados, en los cuales la pareja se dedica más tiempo a disfrutar de mutuas caricias y a descubrir nuevas sensaciones eróticas.

Sexualidad a los 65 años
¿La menopausia afecta a la sexualidad femenina? ¿Las parejas mayores siguen necesitando y deseando el sexo? ¿Deben desearlo? ¿Pueden estas personas mejorar su vida sexual o es demasiado tarde?
La función sexual y el deseo no son inmunes al proceso de envejecimiento. Peor cuando comprendemos los cambios de la vejez y sabemos enfrentarlos, podemos mantenernos sexualmente vivos durante todo el tiempo que deseemos. Si se disfrutó de la sexualidad antes de la menopausia, no existe razón alguna para dejarla de lado después de ella. Siempre que la pareja goce de buena salud y no estén tomando medicamentos que interfieran en su respuesta sexual, resulta muy estimulante continuar una vida íntima activa. Todos los estudios actuales demuestran que mantener relaciones sexuales hasta avanzada edad o sólo refuerza los lazos afectivos entre el hombre y la mujer, sino que colabora a mantener la propia autoestima y la confianza. Es indudable que el modo de asumor la vida sexual tiene mucho que ver con los conocimientos adquiridos sobre la sexualidad, la experiencia y la mirada personal.

4 consejos de especialistas:
• Prolongar el juego amoroso avanzando muy gradualmente mediante mimos y caricias y luego comenzar a besarse.
• Proporcionarse un masaje erótico: el masaje no sólo es un excelente modo de relajarse, sino que también permite concentrar profundamente los sentidos en las respuestas que emite el cuerpo. Se pueden explorar las zonas erógenas del compañero y crear las condiciones propicias para el acto sexual.
• Aún en las edades más avanzadas, a los 80 y 90 años, es enorme la importancia de la intimidad física. Abrazarse y mimarse es necesario para el bienestar físico y mental.
• No temer al ridículo.
• La única manera de explotar al máximo la capacidad de sentir el cuerpo, es practicando y experimentando nuevas formas. Así, activando nuestros sentidos y órganos sensoriales, entenderemos que nuestro cuerpo es la sede más grande de placeres y sensaciones. Sólo hay que animarse.

Sexualidad según pasan los años (parte I)

19 August, 2009

La sexualidad es algo que nos acompaña desde que nacemos. Y esta estrechamente sostenida por la seducción, la sensualidad y el erotismo. Aunque hay quienes sienten que el deseo sexual desaparece, otros experimentan que se mantiene o renace más que nunca. Y esto no depende de la edad, ya que es un mito que con los años la sexualidad se desgasta.
Según especialistas la plenitud sexual llega después de los 30 años. Por eso es importante conocer las particularidades de cada etapa vital para vivir una sexualidad plena y placentera.

Sexualidad después de los 30
Un mito mal fundado es que solo los jóvenes tienen acceso al placer sexual. Ello determina que, algunas personas que no son jóvenes y que tienen deseos de pasarla bien con sus parejas no puedan hacerlo…
Que ocurre en verdad…?
Las necesidades sexuales y emocionales, de cariño, atención, sensualidad e intimidad, no desaparecen. A pesar de los prejuicios y creencias, el cuerpo y la psiquis, reclaman contactos sexuales que a veces se contienen. Se sabe, a partir de muchas investigaciones que la mujer por ejemplo alcanza su clímax de goce sexual después de los 30 años. Ya conoce bien su cuerpo, reacciones, gustos y plenitudes. Ha aprendido a pedir, a decir que sí, y, también a decir que no. En su goce no sólo actúa la experiencia acumulada, sino que también se produce un cambio en el balance hormonal femenino, que le da la testosterona un mayor papel en la bioquímica orgánica femenina. Y esto se traduce en un mayor interés por la vida sexual.

Sexualidad a los 45
Numerosas mujeres después de que sus hijos son adolescentes o jóvenes comienzan a tener mayores oportunidades y descubren que sus experiencias sexuales, son ahora diferentes y más gratificantes. Por un lado sus hijos ya no necesitan una atención tan directa, y, además, pasó la época en la que entre el trabajo y la casa no tenia ni tiempo, y le sexo quedaba relegado. De nuevo, la mujer cuenta con mayor espacio para sus intereses personales y para el descanso. Por lo tanto, puede producir un reencuentro erótico, sin premuras, con su pareja. Muchas veces se sienten como en sus primeros años de casados, aunque con una gran ventaja porque cada uno sabe que le gusta y qué es lo que al otro le gusta. Incluso la existencia de una gran confianza y comunicación les permite experimentar una nueva etapa.

Aversión sexual

17 August, 2009

La aversión sexual y la evitación del sexo crónicas son algunas de las formas, cada vez más comunes, de cómo los pacientes expresan su conflicto respecto del deseo sexual.
Se define a las fobias y a los trastornos por aversión al sexo como una “aversión extrema, persistente o recurrente, hacia el sexo y evitación de todos o casi todos los contactos sexuales genitales con una pareja sexual. Pueden aparecer también como un trastorno obsesivo compulsivo o una depresión mayor. En casos extremos, llegan a desencadenar verdaderos ataques de pánico con compromiso somático, que requieren intervención terapéutica urgente.
Un aspecto dramático de los trastornos de la ansiedad vinculados a las fobias son estos ataques de pánico, que son vividos con una gran carga de angustia y con enorme repercusión en el cuerpo. Presentan estas características: palpitaciones, dolores en el pecho, falta de aire, ahogo, mareos o vértigo, escalofríos o sofocos, náuseas, hormigueo en los miembros o transpiración, sensación de terror o de irrealidad. Miedo a volverse loco o al descontrol, temor a la muerte.
Hay pacientes que muestran una fobia integral en relación con la sexualidad y que experimentan angustia o repulsión ante todo tipo de sensaciones, emociones o pensamientos eróticos. La simple referencia a situaciones sexuales, como películas eróticas, ocasiona malestar al sujeto que padece una fobia sexual.
Estos pacientes pueden llegar a evitar por completo el sexo. Hay casos cuya aversión los lleva a mantenerse vírgenes durante toda la vida, no se casan y se convierten en individuos con verdaderas fobias sociales.
Con el fin de evitar el sexo, los sexofóbicos pueden comprometerse en una enorme cantidad de actividades sociales y familiares de modo que la pareja nunca estará sola. Algunos han aprendido a rechazar a su pareja mostrándose no atractivos.

Las 13 fobias sexuales más comunes son:

  • Tocar o acariciar el cuerpo (especialmente pechos, pezones y muslos)
  • Mirar los genitales (propios o del compañero)
  • Tocar los genitales de la pareja
  • Besar
  • Penetración vaginal
  • Secreciones sexuales y olores
  • Siente fobia a la excitación sexual
  • Al orgasmo
  • Al sexo oral
    Al fracaso sexual
  • Al embarazo
  • A contraer una enfermedad de transmisión sexual
  • A la desnudez.

Falta de deseo sexual (parte III)

17 August, 2009

Ya hemos hablado de la importancia del deseo sexual como motor del desarrollo del acto mismo y enumeramos algunos trastornos; ya citamos anteriormente el deseo sexual hiperactivo, el deseo sexual elevado a normal y el deseo sexual normal a bajo. Hablaremos ahora de el deseo sexual hipoactivo leve; el deseo sexual hipoactivo grave, dejando para un extracto aparte la aversión sexual.

Deseo sexual hipoactivo leve
En estos casos hay una disminución del deseo sexual leve o moderado. Su libido no manifiesta reacciones espontáneas. Sus impulsos sexuales tampoco fluyen naturalmente, menos aun hacia sus parejas.
Estas personas tienen poco deseo de verse envueltas en fantasías sexuales o de masturbarse. El rango de actividades eróticas y el tipo de parejas que pueden excitarlos tienden a ser bastante específicos. Estas personas hipoactivas no responden adecuadamente a la estimulación erótica con parejas adecuadas y atractivas. No muestran fantasías sexuales y, a menos que sus parejas insistan, pueden prescindir de la sexualidad durante meses sin sentirse frustrados.
Hacen el amor solo para satisfacer a sus compañeros y pueden tener problemas de lubricación o de orgasmo.

Deseo sexual hipoactivo grave (conocido también como anorexia sexual)
A las personas con este problema les resulta imposible excitarse. Desarrollan una completa anorexia sexual. Los centro reguladores de la sexualidad se cierran completamente y ningún estímulo puede accionarlos. No disfrutan de hacer el amor en ninguna circunstancia, ni con ninguna pareja, ni se excitan con ningún estimulo. Tienden a evitar el sexo, y salvo algunas excepciones, son célibes. No experimentan ninguna frustración sexual, incluso luego de prolongados periodos de abstinencia. Describen su experiencia, cuando tienen alguna, como mecánica y no placentera, aunque puede resultarles neutral o tolerable el contacto no genital con su pareja.
Estos pacientes se hallan totalmente cómodos con la falta de sexualidad y manifiestan no sentir su ausencia. Consultan solo cuando la ausencia de interés sexual ha determinado problemas maritales o si la asexualidad interfiere con la capacidad para establecer relaciones amorosas hasta tal punto que su soledad y su sensación de aislamiento lo llevan a buscar ayuda.

Falta de deseo sexual (parte II)

17 August, 2009

Como explicamos anteriormente, existen niveles de deseo sexual, ellos eran:

Deseo sexual hiperactivo (adicción sexual, sexualidad compulsiva)
El aspecto más importante de este estado es la ausencia de control sobre la motivación sexual. Estos individuos tienen relaciones sexuales frecuentemente siendo común que alcancen varios orgasmos cada vez. Suelen estar preocupados por sentimientos o pensamientos sexuales a tal punto que ello interfiere con su funcionamiento laboral y/o les crea inconvenientes en sus relaciones.
Comúnmente responden a una gran variedad de estímulos eróticos y parejas. Sus impulsos sexuales se originan espontáneamente y se sienten en clima aún en ausencia de incitadores sexuales externos.
Las personas con trastornos de deseo sexual hiperactivo por lo general hallan al sexo sumamente placentero y asocian la actividad sexual con un mejor humor.
La necesidad del sexo del hipersexual tiene la cualidad de un impulso y en estas condiciones sus controles son tan inadecuados que mantendrá relaciones sexuales aún cuando sea consiente de estar arriesgando su trabajo, su pareja o su vida a causa de diversas enfermedades de transmisión sexual. Si intentan abstenerse suelen ponerse tensos, ansiosos y en la mayoría de los casos reanudan su actividad sexual compulsivamente.

Deseo sexual elevado o normal
Se trata de personas con un fuerte impulso sexual, parecidas a aquellas cuyo deseo hiperactivo es patológico. Actúan en modo activo en contraposición al modelo reactivo de comportamiento sexual, que caracteriza a las personas cuya libido cae en el rango de normal a bajo. Se excitan con un amplio espectro de escenarios sexuales y de parejas. Sienten urgencia de tener sexo, y ello puede sucederles en ausencia de cualquier estimulación erótica externa. El impulso sexual de estas personas es intenso pero no destructivo ni inapropiado, pues son capaces de controlarlo en situaciones desventajosas. Ni estos individuos ni sus parejas se sienten angustiados frente a esta intensa sexualidad, que tiende a enriquecer su vida y sus relaciones de pareja.

Deseo sexual normal a bajo

Las funciones reguladoras de la sexualidad de la persona cuya libido cae dentro del rango normal-bajo son perfectamente adecuadas, pero su termostato sexual permanece en un nivel relativamente bajo. Estas personas no experimentan deseo sexual espontáneo y es menos probable que busquen activamente situaciones o actividades sexuales. Pero no sufren la frustración cuando deben permanecer en abstinencia a pesar de la fuerza de su impulso sexual. Tienen una respuesta totalmente normal frente a las oportunidades sexuales y a la estimulación sexual. No pierden su interés ni evitan las parejas atractivas.

Falta de deseo sexual (parte I)

17 August, 2009

En lo que se refiere al sexo, el deseo es el punto de arranque para que todo lo demás se produzca. El deseo tiene que ver con las fantasías, predisposición, ganas de entrar en clima, algo así como una preparación para lo que viene después.
La inhibición del deseo sexual es uno de los problemas más frecuentes; uno de los elementos más importantes en la aparición de este trastorno es la existencia de conflicto en la relación de pareja, especialmente el enojo.
Influyen negativamente las fantasías sobre lo que debería ser el sexo, una imagen corporal pobre, la baja autoestima, la falta de intimidad y confianza entre compañeros etcétera.
Para algunas personas, el bajo nivel de deseo sexual significa no iniciar la actividad sexual; para otras, es no responder cuando el compañero sugiere el acto sexual. En algunos casos, el escaso deseo afecta todas las interacciones sexuales; en otros es especifico de una situación, actividad o comportamiento determinado.
El deseo sexual responde a un proceso complejo basado en la actividad cerebral, un funcionamiento hormonal adecuado y los intereses y la motivación sexual. Si estos componentes no están sincronizados, dan lugar a la aparición del trastorno del deseo sexual.
El problema puede ser secundario a una alteración en las fases de la excitación o de orgasmo del ciclo de respuesta sexual. Algo así como: si el sexo no tiene premio, para qué voy a intentarlo.
Los problemas crónicos de deseo sexual inhibido se asocian a acontecimientos traumáticos acaecidos durante la infancia o la adolescencia, a la represión de fantasías sexuales, al contexto de una familia disfuncional o, en ocasiones, a niveles bajos de andrógenos.

El deseo sexual:
Depende del funcionamiento apropiado del tálamo y el hipotálamo
Es inhibido por centros que existen en el cerebro
Es regulado por dos neurotransmisores específicos: uno actúa como inhibidor y el otro como estimulante o excitador.
Tiene conexiones con otras zonas del cerebro, lo que permite la integración del impulso sexual con toda la experiencia sexual del sujeto.

Los diferentes niveles de este trastorno sexual son los siguientes:

Deseo sexual elevado a normal
Deseo sexual normal a bajo
Deseo sexual hipoactivo leve
Deseo sexual hipoactivo grave (anorexia sexual)
Aversión sexual

Ver parte II

Virginidad masculina

10 August, 2009

La virginidad tardía de los varones es una cuestión de la que poco se habla, pero existe.
¿Cuándo se considera que la iniciación sexual es tardía?
Según varios especialista, se coincide en que a los 25 años el varón que quiere y no puede tener relaciones sexuales con penetración es un varón en el cual la virginidad se transforma en un conflicto sexológico.
Los varones vírgenes no suelen ser únicamente aquellos tímidos y calladitos que nunca bailan en las fiestas. A menudo sucede todo lo contrario. Muchos tienen novia, disfrutan de las caricias e incluso llegan al orgasmo a través de las mismas. Pero son vírgenes porque no pueden acceder a la penetración: cuando llegan a esta situación, eyaculan muy rápidamente, pierden la erección o adjudican la dificultad a  un problema de ella.

Secreto celosamente Guardado por  para estos varones su virginidad es uno de los secretos mejores guardados. Ellos no hablan del tema con nadie. A veces eligen una persona en la que confían plenamente para conversarlo. Otras veces, el terapeuta es la primera persona con la que hablan del tema “Cuando los hombre son muy activos y seductores e intentar contar su problema a sus amigos, estos no le creen”.

Diagnóstico múltiple
No solamente se diagnostica desde lo psicosexológico. También sugerimos hacer una visita al urólogo para que realice una revisión física y compruebe que no hay trastornos.
La consulta médica es fundamental porque en la mayoría de los casos descarta fantasías. Muchos varones creen que no tienen relaciones sexuales completas por un problema físico. Y el urólogo es una voz autorizada que confirma que está todo bien.
En los diagnósticos aparecen muchas características comunes. Entre las más frecuentes: varones que tuvieron un despertar tardío en su sexualidad, que tuvieron problemas en la masturbación, vivida con mucha culpa y que tienen aversión por los genitales, tanto masculinos como femeninos. Los especialistas detectan una educación rígida y exigente, llena de prohibiciones y temores.

La solución es muy fácil y la terapia es absolutamente eficaz. Con un tratamiento breve y focalizado en el tema muchos hombres vírgenes logran tener una sexualidad completa.
La terapia ofrece la posibilidad de realizar paso a paso en el acercamiento sexual. Porque a veces es tal ansiedad que van rápidamente a la penetración y entonces se encuentran con la escena más temida: los dos desnudos en la cama. El miedo y la ansiedad hacen que se pierda la excitación y la erección. Por eso, uno de los recursos que se usan en la terapia es ir haciendo paso a paso; primero desde la idea, imaginar la situación para ver qué es lo que más temen y detectar dónde va a aparecer la ansiedad para poder controlar la situación.

Ejercicios de Kegel

19 April, 2009

La gimnasia de la musculatura de la pelvis, gimnasia del suelo pélvico o ejercicios de Kegel, son una de las maneras más efectivas para tratar y prevenir la incontinencia urinaria de esfuerzo como también para fortalecer los músculos que nos favorecerán en otras situaciones.
Para el caso de la incontinencia, y par que el ejercicio sea efectivo, hay que localizar los músculos que se deben contraer. Una vez conseguido esto, se trata solo de hacerlo regularmente.

Como localizar el músculo perineal
La manera más simple es deteniendo la micción a pequeños intervalos, algo que sólo hay que hacer para localizarlo, ya que puede provocar infección de orina si se realiza sistemáticamente. Para que resulte cómodo, es sentarse en el inodoro con las piernas abiertas y relajadas, dejar fluir la orina, intentar detenerla y volver a dejar fluir sin mover las piernas. Si se logra pararla, aunque no sea totalmente, habrá descubierto el músculo a ejercitar.  También se puede ejercitar introduciendo un dedo con un guante quirúrgico en la vagina y apretándolo. Si se nota cierto movimiento muscular, es que se esta usando el músculo correcto.

Conos vaginales
Se introducen en la vagina como si se tratara de un tampón par facilitar la realización de éstos ejercicios.
Los ejercicios de Kegel también son efectivos para algunos hombres con perdidas de orina tras una operación de próstata y para mejorar las relaciones sexuales.
Este tipo de entrenamiento muscular, no es solo utilizado para los casos de incontinencia, sino que también es muy recomendable en casos de personas que han tenido varios partos y sus músculos han perdido cierta tonicidad, también son muy útiles para aumentar el placer sexual al ser practicados durante el acto mismo, para cada posparto, donde los tejido quedan mas distendidos, y se utilizan también en casos de vaginismo, para que la paciente tome confianza hasta reconocer sus partes y poder de apoco ir evolucionando en su tratamiento.