Sintomas y remedios

Esta patología es un trastorno cerebral que se caracteriza por un deterioro mental que avanza progresivamente.
Existen diferentes tipos y van relacionados a la etapa de la vida en la que se presenta la enfermedad.
Hay una forma rápida progresiva que se inicia a los 36-45 años, y otra más gradual, aparece a los 65-70.
Esta enfermedad afecta entre un 5 y un 10 porciento de las personas con más de 65 años.
Esta afección produce pérdida de neuronas cerebrales cuya causa es desconocida, y sus síntomas más habitúales son:
Perdida de memoria
Perdida de habilidad para tareas sencillas y de motricidad fina.
Cambios de personalidad y de la capacidad de juicio.
Y luego de que la enfermedad está más acentuada y avanzada los síntomas se acrecientan, observándose:
• Dificultad para tomar pequeñas decisiones como decidir que comer o si vestirse o no.
• Imposibilidad de reconocer a personas cercanas (familiares y amigos)
• Desinterés en la higiene personal.
• Dificultades para alimentarse.
• Pérdida de interés social y sexual.
• Ansiedad e insomnio.
En el último tramo de la enfermedad el paciente padece de perdida completa de la memoria, incapacidad para comunicarse y pierde el control de esfínteres.
Asimismo, puede presentar irritabilidad o docilidad extrema.
 Esta afección se diagnóstica mediante el T.A.C. craneal, que evidencia atrofias de las circunvoluciones cerebrales. También se realiza una biopsia cerebral donde se evidencian clínicamente las lesiones características de esta enfermedad.
Uno de los tratamientos que puede ser útil es realizar ejercicios de memoria, ya que se ha comprobado que mantenerla ejercitada evita su pérdida.
Al momento el Alzheimer es una afección incurable, por ello es bueno mantener la mente ágil y entrenada. También recomiendan los especialistas la cooperación familiar y terapéutica para afrontar los diferentes estadios.