La
hepatitis es una enfermedad inflamatoria que afecta al hígado y que
puede tener diferentes orígines. Puede estar causada la hepatitis
por una enfermedad infecciosa, por una reacción inmunológica
o por productos que resultan tóxicos.
La
causa más frecuente suele tener su origen en los diferentes virus
causantes de las hepatitis aunque por ejemplo el consumo elevado de alcohol
o el trabajo en industrias que manejan productos químicos puede elevar
el riesgo de padecer una hepatitis por productos tóxicos.
Centrándonos en los virus podemos catalogar como posibles hepatitis:
- La hepatitis A que se suele trasmitir por alimentos contaminados que no
han sido correctamente lavados. Por ejemplo es común que se trasmita
la hepatitis A en productos de una huerta en la que su agua de riego contiene
heces fecales de una persona que padezca esta enfermedad. Esta hepatitis
no suele ser grave, necesita un periodo en el que se recomienda reposo y
una alimentación que libere al hígado de tareas pesadas, por
ejemplo llevando una dieta con pocos fritos, reduciendo el consumo de carne
y aumentando el consumo de frutas
y verduras.
- La hepatitis B si puede considerarse una enfermedad más seria que
la hepatitis A. Su manera de trasmitirse es mediante el contacto sexual
o directamente mediante el intercambio de sangre. Es una enfermedad que
suele ser común en drogadictos que comparten jeringuillas o en personas
que han recibido alguna donación de sangre contaminada. Esta enfermedad
puede causar cirrosis en el hígado.
- La hepatitis C también precisa del contacto directo con la sangre
de una persona infectada. Es una enfermedad grave que también puede
derivar con el tiempo en una cirrosis.
En el caso de cualquiera de las hepatitis lo mejor que se puede hacer para
prevenirlas es extremar las medidas de higiene en situaciones de riesgo.
Aunque no existe cura para estas enfermedades si que puede ser de gran ayuda
en una evolución más favorable alimentarse de manera equilibrada
y sin cometer excesos. |
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