Sintomas y remedios

Preocupaciones, miedos, enfermedades de tipo cardiovascular, traumas psicológicos, estrés o diversas cuestiones genéticas son algunas de las razones que traen consigo que una persona sufra de ansiedad. Eso se refleja en síntomas tales como el insomnio, los mareos, respiración entrecortada, dolores musculares, tics, dolores de cabeza, palpitaciones fuertes, boca seca…

Cuando una crisis de ansiedad es grave siempre hay que acudir a un hospital para que el médico sea el encargado de realizar un estudio al paciente y establezca el correspondiente tratamiento. Sin embargo, cuando tiene lugar de forma moderada puede paliarse mediante el uso de una serie de consejos, entre ellos estarían los siguientes:

• Uno de los trucos más habituales y efectivos es tomar una infusión de hojas de naranjo pues es un magnífico sedante.
• El mantener una conversación con un familiar, con la pareja o un amigo es una de las mejores maneras para relajarse y disipar la tensión acumulada.
• Dar un paseo por zonas naturales y sin bullicio.
• Escuchar música suave.
• Evitar en la medida de lo posible el consumir bebidas con contengan cafeína así como tampoco chocolate negro.
• Apostar por incluir en la dieta productos como las frutas, las verduras, las legumbres o el yogurt.
• Descansar muy bien, incluso apostar por realizar pequeñas siestas todos los días.
• Y, por supuesto, desarrollar diversas técnicas de relajación.

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