Sintomas y remedios

En la India, en tiempos anteriores a nuestra era, parece ser que fue donde nació la disciplina física y mental que hoy conocemos con el nombre de yoga. Una actividad que, en los últimos años especialmente, ha conseguido convertirse en un ejercicio realizado por multitud de personas de todas las edades y en todas las partes del mundo.

Prácticando yoga

¿El motivo?: la enorme cantidad de beneficios que trae consigo su práctica. Estos que enumeramos a continuación son sólo algunos de los más significativos:

Ayuda a estar en forma. Gracias  a la práctica regular del yoga se consigue, entre otras cosas, gozar de flexibilidad y aumentar tanto la fuerza como el equilibrio.

Contribuye indiscutiblemente a mejorar la salud física mediante, por ejemplo, el fortalecimiento del sistema inmunitario. Las personas que padecen asma, diabetes o hipertensión son algunas de las más beneficiadas por la realización de esta disciplina que nos ocupa. Del mismo modo, con ella se consigue también reducir dolores crónicos de espalda y mejorar tanto la visión como el aparato digestivo o el sistema cardiovascular.

Consigue que relajemos nuestra mente. Es uno de los métodos más utilizados para aliviar tensiones y acabar con el estrés o la ansiedad.

Colabora en nuestro crecimiento personal. El yoga nos ayuda a aumentar la autoestima, a ser más pacientes y tolerantes, y a mejorar nuestras relaciones con los demás.

Acabar con pensamientos negativos o emociones de tristeza es otro de los beneficios que aporta la práctica de dicha disciplina relacionada de manera indisoluble con la meditación.

Posturas de yoga