Sintomas y remedios

Un absceso hepático es una acumulación firme, una formación de pus dentro del hígado. El factor que desemboca en esto es una previa apendicitis, diverticulitis, o una infección estomacal, entre otras. Se puede tener uno o más abscesos hepáticos, existiendo tres clases principales de ellos: El Amebiano, causado por un parásito, el “entamoeba histolytica”, el Fúngico: causado por un hongo, “candida”, y el absceso hepático purulento. Suelen ocurrirles a personas de más de 60 años de edad, tanto en hombres como mujeres. En la mayoría de los casos se desarrolla en organismo que anteriormente habían padecido cáncer de hígado, cáncer de vesícula o páncreas y se lo relaciona con la septicemia. Entre los síntomas se destaca la fiebre que manifiesta la infección en alguna parte del organismo, aunque también se deben mencionar: • Dolor • Escalofrío • Hipersensibilidad • Pérdida de peso • Hipersensibilidad • Nauseas y vómitos Como tratamiento se suele aspirar el contenido del absceso y administrar antibióticos luego de ello. Para el drenaje puede utilizarse un catéter, en el caso de que se realice subcutáneo, o bien mediante una cirugía. Se estima una resolución completa de un absceso hepático puede alcanzarse en seis meses aunque en algunos pacientes existen alteraciones por un año.