Blog dedicado a la salud y las enfermedades
El parásito llamado Taenia solium es el responsable de la cisticercosis en humanos.
Esta infección forma quistes que se alojan en diferentes partes del organismo como músculos, cerebro, ojos, corazón y tejido graso subcutáneo.
En el caso de que se alojen en el cerebro, la enfermedad recibe el nombre de “neurocisticercosis”, mientras que si se encuentran en el intestino es denominada teniosis.
La principal causa de afección, es mediante la ingestión de alimentos contaminados, primordialmente carne de cerdo cruda o mal cocida, ya que el parasito es originario de estos animales.
Los síntomas de la cisticercosis pueden padecerse durante meses hasta años después de la infección, y son: dolores de cabeza frecuentes, convulsiones, trastornos de la visión, alteraciones psiquiátricas, vómitos, infecciones en la columna y hasta demencia o pérdida de la conciencia, sin embargo, la mayoría de personas con cisticercos en los músculos no presentan síntomas.
Se puede sospechar de neurocisticercosis en casos de epilepsia de instalación tardía, o sea en personas mayores de 12 años.
Los factores de riesgo incluyen el consumo de carne de cerdo cruda o mal cocida y frutas y verduras contaminadas por el parásito T. Solium.
También es factor de riesgo el consumo de agua contaminada y a través del contacto con personas infectadas o materia fecal.
Medidas preventivas:
• Lávese bien las manos después de ir al baño y antes de manipular alimentos.
• Beba agua embotellada o hervida, bebidas carbonadas en latas o botellas. No beba de fuentes o bebidas con cubitos de hielo.
• Lave y quite la piel a todas las frutas y verduras antes de comerlas. Evite los alimentos que puedan estar contaminados con heces.
• Evite comer cerdo y otras carnes crudas o mal cocidas.
Para el tratamiento de esta afección se utilizan medicamentos antiparasitarios, combinados a menudo con antiinflamatorios. Es posible que se requiera cirugía para extirpar el área infectada en algunas ocasiones, pero e terminos generales basta con la medicación.
La cisticercosis puede ocasionar disminución de la visión o incluso ceguera. Puede provocar insuficiencia cardiaca o ritmo cardíaco anormal, convulsiones y aumento de la presión del cerebro.
Esta patología es la infección, inflamación y congestión de la laringe (cuerdas vocales) y del tejido que la rodea.
Produce respiración dificultosa, trabajosa y un ruido de “ladrido” característico con cada inhalación o tos.
Esta enfermedad, en la mayoría de los casos, suele afectar a niños menores de 6 años.
Es una molesta infección contagiosa por virus o bacterias, que produce dolor en el pecho y garganta, dificultad respiratoria y tos como ladrido sobre todo por las noches.
Para evitar la repetición de los ataques se recomienda utilizar un humidificador en el ambiente y un vaporizador.
Se debe actuar con calma ante un ataque de crup, humidificar el ambiente y ventilarlo, una vez aliviados los síntomas, se debe llevar al niño al servicio de urgencia más próximo. Procure que la criatura este tranquila y relajada, esto facilitara la respiración, también debe colocarlo en postura medio sentada.
En el caso de que esta afección haya sido causada por infección bacteriana, el medico suministrará antibióticos, en el caso de que haya sido un virus lo que la causo, esto no servirá pero el medico sabrá como tratar de la mejor manera la afección.
No es común que estapatología produzca la muerte, ya que si es tratado se minimizan sus efectos y el niño puede respirar tranquilamente y llevar una vida normal.
El antrax es una infección bacteriana causada por el bacillus anthracis.
Esta infección es más común en animales vertebrados, salvajes y domésticos.
El ser humano sólo puede contagiarse en contacto con animales infectados.
La bacteria del ántrax puede vivir principalmente en el suelo por muchos años, sin embargo las tres formas de transmisión más usuales son:
• Cutánea, la bacteria puede alojarse en la piel del ser humano por medio de una lastimadura, también puede contagiarse, teniendo contacto con el tejido, pelo, lana, productos fabricados con materiales de animal o con tierra asociada con animales infectados. La tierra y los objetos contaminados con esporas de ántrax pueden seguir infectando durante décadas.
• Intestinal: la infección intestinal es ocasionada por el consumo de carne cruda y contaminada con la bacteria.
• Pulmonar: es el resultado de la inhalación de las partículas contaminadas, durante procesos industriales arriesgados, como puede ocurrir en curtiembres y al trabajr con cuero, pieles y lanas. La transmisión de persona a persona se presenta en muy raras ocasiones. En armas biológicas se utiliza como esporas, es decir conjuntos de células que se reproducen sin necesidad de fecundación, las cuales son capaces de sobrevivir hasta por varias décadas. Puede infectar a la personas cuando una bomba que contiene las esporas es diseminada en aerosol o en polvo, el cual se puede expandir a través del aire.
Los síntomas más frecuentes son, en la mayoría de los casos, similares a al de otras patologías aunque pueden variar según el grado de intensidad de la infección.
Si la afección es cutánea aparece una roncha que produce comezón, luego se puede transformar en una vesícula y luego en úlcera sin dolor tornándose más oscura.
En el caso de la afección pulmonar, los síntomas aparentan ser de gripe, y lentamente van produciendo problemas respiratorios. Esta forma puede ser fatal.
En la afección intestinal, los síntomas son los de la intoxicación, es decir, fiebre, náuseas, vómitos, perdida de apetito, diarrea, vómito con sangre.
Esta infección puede causar la muerte en un 25 a 60% de los casos.
Esta enfermedad se encuentra sobre todo en países donde no se toman las medidas correspondientes y donde el nivel de vacunación animal es muy bajo.
Si bien los síntomas pueden confundirse con el de otras patologías, ante la presencia de ellos debe acudir al médico. La enfermedad detectada a tiempo puede tratarse satisfactoriamente con antibióticos que evitan la propagación de la bacteria.
Los tan mencionados, radicales libre son moléculas que oxidan y alteran los tejidos del organismo, y contribuyen al envejecimiento. El principal productor de radicales libres es el oxigeno. Otros son:
• Sustancias químicas que se agregan a los alimentos, tales como saborizantes, colorantes, conservantes, etcétera.
• Los rayos ultravioletas, especialmente en verano, y lamentablemente en ascenso debido al deterioro de la capa de ozono.
• La presencia de minerales tóxicos como plomo y mercurio
• Smog, humo de cigarrillo.
• Las radiaciones a través de la televisión, la computadora, el horno microondas, y los juegos electrónicos.
Lamentablemente, los radicales libres dañan en forma considerable el ADN y el ARN de las células que son necesarios en el organismo para sintetizar proteínas y enzimas. Dificultan la eliminación de toxinas a la sangre, para que puedan ser expulsadas.
Causan el envejecimiento de la piel, produciendo arrugas y deshidratación.
Asimismo predisponen a sufrir de enfermedades degenerativas como cataratas, cáncer, reuma, y enfermedades cardiovasculares.
Son también, los radicales libres, los responsables de las manchas de la vejez y de algunos otros trastornos relacionados con el envejecimiento.
Los vegetales aportan entre otros beneficios antioxidantes; que son un grupo de vitaminas, minerales y bioflovanoides que evitan los daños de los radicales libres en el organismo.
Por eso recomendamos el consumo de vegetales crudos. Ver apartado VEGETALES.
Esta es una enfermedad diarreica producida por el vibrión colérico. Existen dos tipos de cólera, el clásico y el Tor.
Esta patología de fácil contagio ha producido importantes epidemias globales.
Se transmite por vía fecal y oral; las heces contaminadas contaminan a su vez el agua de riego o bebida.
Sus síntomas más frecuentes se deben a una toxina, que provoca la secreción de líquido hacia el interior del tubo digestivo.
Presenta diarrea, vómitos, calambres y debilidad muscular que se acompañan de deshidratación.
La mejor manera de evitar esta enfermedad es la desinfección de frutas y verduras, como así también la implementación de medida higiénicas a la hora de comer y al llegar a casa luego de venir de la escuela, hospitales y sitios donde existen muchas personas.
Es aconsejable beber agua en condiciones adecuadas, en caso de no poder adquirir agua mineral es recomendable hervirla o potabilizarla.
La higiene es de vital importancia para evitar esta enfermedad, por eso el lavado de manos antes de comer o manipular alimentos es radical.
Al momento de la detección de la enfermedad se procede inmediatamente a la rehidratación de la persona; esta enfermedad se trata y el paciente puede recuperarse en una semana, pero en casos donde el paciente no asiste al médico puede ser mortal debido a la deshidratación.
La dispraxia es una patología, usualmente conocida como el “síndrome del niño torpe”, debido a que quienes la padecen suelen tener cierta torpeza y lentitud al ejecutar movimientos coordinados tales como hablar, recortar con tijeras, escribir, abotonarse, y atarse los cordones de los zapatos entre otros.
Se estima que un 10% de la población puede tener dispraxia leve y un 4% dispraxia grave.
Quienes padecen esta patología, suelen tener una inteligencia normal.
No hay causas totalmente establecidas, ya que puede deberse a una inmadurez en el desarrollo de las neuronas o ser ocasionada por traumatismos, enfermedades o lesiones cerebrales; es por eso que puede aparecer en cualquier etapa de la vida.
Los síntomas más evidentes son la debilidad motriz generalizada que impide terminar movimientos que exigen cierta coordinación.
Dentro de esta patología se observan diferentes tipos, como ser la dispraxia verbal, que presenta trastornos en el habla; también existe la dispraxia hiperactiva; la que ofrece trastornos del aprendizaje; la que presenta trastornos motores; la visual, y finalmente, la dispraxia que presenta problemas afectivos o de comportamiento.
Esta enfermedad es detectada a temprana edad, ya en el preescolar el diagnostico neurológico ofrece claras evidencias de esta patología que es muy tratable atendida en las primeras etapas del desarrollo del niño donde se pueden minimizar los síntomas.
Los tratamientos de la dispraxia están orientados a mejorar las limitaciones que presentan los pacientes, con el fin de integrarlo en las actividades grupales. Dicha tarea requiere de la ayuda de padres, maestros, fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, pediatras, y en muchos casos se suministra medicación antidepresiva o ansiolítica.
La imposibilidad de realizar ciertas actividades pueden provocar frustración en el niño, por ello conviene aplicar técnicas de mejora de la autoestima y enseñarles a encauzar las emociones. La contención familiar juega un rol decisivo en estas patologías y los estímulos familiares y de amigos son fundamentales para el avance y el desarrollo individual de la persona.